Infinito absoluto
Elegancia tecnológica y calidad humana: descubramos junto a Cesare Mastroianni el universo de Absolute Yachts.
Entre pasión romántica e innovación: las embarcaciones de Beneteau son una joya náutica en el mar azul, un mito tanto para los que son aficionados como para los que no. Una historia de más de cien años que comenzó con lo que podría parecer una historia sin final feliz.
Nacido en Saint-Gilles en el seno de una familia numerosa y sin suerte, Benjamin Beneteau fue adoptado a los 6 años por su tío, un navegante de larga distancia, que hizo soñar a Benjamin con sus historias. Con tan solo 12 años se convirtió en grumete a bordo de la chalupa Elisa, mientras soñaba con construir barcos en el astillero del padre de su mejor amigo. A finales de 1879 cumplió el servicio militar en Rochefort, donde hizo realidad su sueño de convertirse en arquitecto náutico. Así, en 1884 abrió su astillero en Croix-de-Vie que, por supuesto, llevaría el nombre de Beneteau. En aquella época, los barcos eran todos de vela y, debido a las necesidades derivadas de la actividad pesquera, requerían un diseño minucioso para mejorar las prestaciones relacionadas con la velocidad de regreso al puerto.
Desde entonces, la empresa no ha dejado de evolucionar y, como en el caso de Nobili, el papel de la gestión familiar sigue siendo fundamental. Una sucesión de descendientes que ha sabido resistir las numerosas crisis del sector gracias a su capacidad para interpretar las necesidades y anticipar las respuestas mediante una dedicación constante a la innovación. Innovación a menudo inconsciente, hecha de encuentros decisivos pero también de impulsos proactivos dictados por el deseo de salir de situaciones difíciles. Al principio, el papel pionero de Beneteau se manifestó en la creación de nuevas prácticas de pesca, que poco a poco se estructuraron en las innovaciones que hoy distinguen a la casa por sus embarcaciones de vela y a motor. El año 1909 fue decisivo, ya que la empresa comercializó el primer barco pesquero a motor, que ofrecía una ventaja exclusiva: la de la rapidez de regreso al puerto. A partir de ahí, el ascenso hasta lograr la plena industrialización en 1972 fue imparable.
En la actualidad, la casa ha llegado a trasladar las características técnicas a la dimensión digital, como en el caso del Ship Control, una interfaz web gestionada por una tableta que simplifica el acceso a muchas de las funciones del barco. Sencilla, segura, completa y divertida: un auténtico ordenador de a bordo integrado en la embarcación para ayudar en la navegación y en la vida a bordo. Una especie de domótica náutica. Sin embargo, los desarrollos de Beneteau también se dirigen hacia la creación de soluciones cada vez mejores para el bienestar y los momentos de relax, como en el caso de la plataforma de baño sumergible, que expresa sin lugar a dudas el vínculo entre la vida a bordo y el mar. La plataforma, situada en la parte trasera de los modelos, baja para sumergirse y crear una zona diferente, útil tanto para relajarse como para facilitar la botadura de lanchas y motos acuáticas. Pero la máxima expresión de innovación se ve en la motorización con la adopción del sistema IPS Volvo, con las hélices orientadas hacia proa, montadas en el extremo delantero de la unidad de propulsión. A diferencia de las hélices convencionales, las hélices del IPS son contrarrotantes, con efecto de tracción. En otras palabras: tiran de la embarcación en lugar de empujarla. Sus ventajas son muchas, pero la reducción del consumo y la consiguiente disminución de las emisiones de CO2 es especialmente significativa. Todo ello a través de una palanca de mando situada en el asiento del conductor, que facilita enormemente las maniobras.
Como hemos dicho, el espíritu visionario de Beneteau no conoce parones: hoy los cambios más evidentes vienen dados por la visión del concepto de «embarcación», cada vez más enfocado desde el punto de vista de la economía colaborativa. Tampoco hay que olvidar la importante apertura del Beneteau Boat Club en 2018, que permite navegar de forma ilimitada sin necesidad de comprar el barco. Su implementación más reciente se presentó el pasado mes de diciembre e incluye la posibilidad de planificar completamente las vacaciones a través de una plataforma completa: desde el barco hasta el vuelo, los traslados e incluso los hoteles y restaurantes.
Las embarcaciones de Beneteau nacen de un sistema integrado y estructurado de acceso a la información y de los oficios artesanales, donde la pasión por la belleza alcanza su máxima expresión, como en el taller de ebanistería, donde se crean mesas, puertas y muebles. Cada nuevo proyecto es un reto para Beneteau, y desde su primera colaboración en 1975 con un nombre ajeno al astillero, ha seguido optando por rodearse de los mejores arquitectos y diseñadores náuticos. Se trata de un mundo dinámico en el que la investigación destinada a mejorar la experiencia de navegación se amolda a las necesidades del cliente, y en el que la perseverancia ha permitido obtener los mejores resultados, como a principios del siglo XX, cuando a pesar de la violenta oposición de la población, Beneteau prosiguió con el desarrollo del uso del motor para las embarcaciones de pesca, sin dejarse intimidar por la ira de las mujeres empleadas en el enlatado de sardinas, que incluso, según la heredera Mme. Roux, le esperaban en el puerto, lanzándole piedras y acusándole de asustar a los peces con su ruido. Él mismo consiguió desmentir estas afirmaciones trayendo grandes cantidades de sardinas al regreso de su pesca. Una pasión por la tecnología que marca la diferencia. Esta filosofía une profundamente a Beneteau y a Nobili: desde la gestión familiar hasta la atención al medio ambiente, que se traduce en acciones concretas y específicas. Una historia de más de 130 años, escrita con decisiones racionales e imaginación: pioneros que llevan y han llevado a los navegantes hacia nuevas formas de navegar y vivir el mar.