Alfabetos de agua

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September, 2018

Desde las flores africanas a los cautivadores matices de Barcelona: el aroma del color y la luz celestial en el arte de Sergi Barnils.

Entre lienzos, pinceles y botes de pintura, así es como Sergi Barnils nos regala una nueva mirada al mundo: uno de los pocos pintores que todavía utiliza la antigua técnica de la encáustica, que implica la realización de una gruesa capa de cera sobre el lienzo pintado, grabada a continuación para resaltar el color subyacente y sobre la cual se aplica otra, para crear juegos no solo de tonos y matices, sino también de sombras y profundidades. La experimentación material y el papel de la luz se expresan en Barnils con una visión trascendental, que dio lugar a la obra Agua, originalmente en piedra y realizada en vidrio en colaboración con Nobili y Artemidatre.

Es un honor poder hablar con un artista tan activo en la escena del arte contemporáneo. Aquí está nuestro punto de partida: en un mundo criticado por ser demasiado rápido y superficial, qué significa ser un artista hoy y qué función puede atribuirse al arte en la sociedad moderna? «El artista, siempre ha tendido a establecer una conexión emocional, y a veces espiritual con el espectador. Qué bien nos lo define Kandinsky en su obra «de lo espiritual en el arte» él invita a artistas plásticos, músicos y literatos a repartir generosamente ese «pan espiritual» tan necesario. Sí, hoy más que nunca, deberíamos redescubrir el arte como nutriente esencial para el alma».

Usted nació en Bata en la actual Guinea Ecuatorial, de padres catalanes, pero a la edad de nueve años ya estaba asistiendo al Departamento de Arte de Viaró con Francesc d’Assis Casademont i Pou en Barcelona: cuando se dio cuenta de que la pintura y la escultura habrían sido su vida? Tenía un año y medio cuando su familia abandonó la antigua colonia africana española, sin embargo, su arte a menudo recuerda la geometría de la cultura de esas tierras perfectamente equilibrada con su propio estilo catalán... Desde flores africanas hasta los sensacionales colores de Barcelona... «Las primeras impresiones que recibe el niño, permacen para siempre. Las formas, los colores y los perfumes de África,indudablemente empaparon toda mi alma. Después vino Catalunya, una tierra muy especial, que desde mucho antes del románico catalán (excepcional por cierto), hasta nuestros dias, ha inspirado a un sinfín de artistas. Sì, las geometrias africanas en consonancia con las atmósferas catalanas: una feliz avenencia. Cuando a los diez años de edad,los alumnos del colegio cogíamos nuestras cajas de pinturas al gouache, los pinceles y los trapos y salíamos a pintar al campo con los profesores Casademont y Cabanach, yo me llenaba de alegria. Atrás quedaban las tediosas asignaturas de matemáticas, gramática y geografia. El perfume de los colores, el canto de los pájaros y el verde de los chopos, conseguían reanimar a aquel niño que se arrastraba lastimosamente por las aulas de la escuela. El año 1966 tuvo una importancia decisiva: un premio nacional de arte fué el primer aviso para que empezara a ponerme en órbita».

Tuviste que hacer un gran esfuerzo para practicar esta profesión? ¡Pero valió la pena! «Después de pasar unos años en la universidad estudiando derecho, para complacer a mi padre, lo dejé todo por el arte. Fueron tiempos dificíles, pero sin duda, hay que cultivar los dones que uno ha recibido y no irse por las ramas. Como creyente, estoy plenamente convencido de que Dios tiene un propósito diferente para casa uno de nosotros. Es un plan que Él ya diseño desde mucho antes de nuestro nacimiento. Descubrir este proyecto sempiterno y llevarlo a la prática, creo que es una de las mayores fuentes de armonia para todo ser humano. I no hay que salirse del guión!».

Su arte ha experimentado un punto de inflexión, desde la fiel representación de la realidad hasta la experimentación de nuevas formas. Su interés en la música relacionada con la pintura también revela la influencia de Wassily Kandinsky... qué otros artistas han influido en su formación? «La apasionada prática del piano durante la adolescencia, ha contribuido enormemente a darle ritmo y movimiento a mi pintura. Sì, Kandinsky, Klee, Fischinger y tantos otros, tenían muy clara la íntima relación entre música y pintura. «...las artes aprenden unas de otras y sus objetivos a veces se asemejan», decía Wassily Kandinsky... ¡Tantos artistas me han estimulado! ¡La lista sería interminable! Déjeme citar sólo algunos nombres, que aparentemente no guardarían relación entre sí, pero que a mí, personalmente, siempre me han impactado: Giotto, El Greco, Cézanne, Mirò, Twombly».

A través de su obras, quiere hacer una búsqueda de la belleza y de la felicidad ¿se considera a sí mismo un abstracto o cree que estos elementos se encuentran en la realidad? «Dado que mi obra se adentra en las regiones del espíritu, no debe ser casualidad que haya evolucionado hacia la abstracción. Por descontado que todas las formas abstractas parten de la realidad. La abstracción, que tiene una cualidad espiritual de alto nivel, lo que hace es apartar todas las superficies muertas e intenta llegar a la esencia plástica del modelo. Una misión realmente apasionante la del artista que camina por estas sendas».

Su nombre nos lleva al concepto de «alfabeto simbólico». ¿Puede explicarnos el significado intrínseco de este estilo, si «estilo» puede definirse? «Aquí sobran las palabras. Diré solamente que son caligrafias que surgen de lo más profundo del espiritu. El pintor, para llegar a ellas, se ha hecho como un niño, a la manera de lo que nos dice Jesús en el evangelio de S. Mateo. Lo mismo deberá hacer la persona que contemple la obra. Debo reconocer no obstante, que todavía me queda camino para poder vislumbrar con mayor transparencia éstos sublimes alfabetos espirituales».

Esto se refleja en el trabajo creado en colaboración con Nobili y Artemidatre: Agua... ¿Cómo vive su arte la relación con este elemento tan central para una griferia? «Bueno, debo decirle que llevo años trabajando los capitulos 21 y 22 de Apocalipsis, y en ellos se sobreentiende que la vida fisica, la vida espiritual, la riqueza del mundo vegetal, la salvación integral, todo, todo, tiene su origen en el agua. Lógicamente, Apocalipsos está hablando del agua con mayúsculas, la que sale del trono de Dios. Quan valiosísima el agua, tanto la fisica como sobre todo la espiritual». La obra Agua no ve el uso del color, pero es el resultado del contraste entre la opacidad y la transparencia del vidrio: ¿cómo concibes la idea del blanco y de la luz? «La obra agua es como un canto al primer dia de la creación. La luz se separa de las tinieblas, la luz es blanca, es buena. A continuación, las aguas se van ordenando encima y debajo del firmamento. Luz y agua, condensadas en ésta pequeña escultura. Un canto primeramente al Dios creador, y un canto seguidamente a los más esencial y preciado de la creación: la luz y el agua».

¿Qué sensación siente al crear? «Cuando estoy ante el caballete siento ilusión de vivir. La tela en blanco me lleva a un territorio donde todo empieza de nuevo. Es un ámbito absolutamente virgen, inexplorado. Después, siento la necesidad de elevar los ojos a Dios en agradecimiento». ¿Cómo resumiría su arte en una oración? «En esta ocasión, entonaría una doxologia íntimamente ligada al tema del agua. Me inspiraría en el capitulo catorce de Apocalipsis: «...y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas».

¿Cómo cree que un joven artista puede «desenvolverse» dentro del complejo sistema de arte? ¿Tiene algún consejo para aquellos que quieren acercarse a este mundo? «Primero les diría que se aseguren bien de que ésta es su verdadera vocación. Después les consejaría que aprendieran bien el oficio. Desgraciadamente desde la irrupción del arte conceptual, los artistas huyen cada vez más de la diciplina tan propia del «homo faber». Durante el Medioevo, era éste el hombre que trabajaba con las manos y la cabeza. Él, se deleitaba ante la obra «bien hecha». Claro que es muy importante el talento y la inspiración, pero las horas y horas de taller, no deben austarnos. Sólo así nuestro trabajo progresará! Hagámosle caso a Virgilio, cuando nos recuerda: «labor omnia vincit» (todo lo vence el trabajo tenaz».

¿Dónde cree que el arte traerá su futuro? «Soy muy optimista en éste aspecto y pienso que a medida que las nuevas tecnologías vayan en aumento, las obras de arte que salgan del corazón, de la mente y de las manos del artista, cada vez serán más necesarias en las sociedades modernas. Considero fundamental que el artista cultive su vida espiritual. Sólo así podrá transmitir las «vibraciones espirituales puras» de las que tanto hablaba Wassily Kandinsky. El proyecto más ilusionante que me apremia en éstos momentos, es una tela, sobre saco y encáustica. Me està esperando en el caballete. Les dejo, porque debo pasearme por ella. Es un paisaje lleno de color de los jardines de la Jerusalén Celestial».