Giancarlo Morelli

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March, 2019

Energía explosiva, inspiración, sensibilidad, concreción y autenticidad: la ecléctica firma del galardonado chef Giancarlo Morelli.

En la zona más animada de Milán, entre Corso Como y Piazza Gae Aulenti, emerge un imponente edificio de arquitectura única y sorprendente. Un lugar moderno, a medio camino entre el lujo y la sencillez, impregnado de un ambiente relajado y de la típica hospitalidad italiana. Entrar en el hotel Viu 5 estrellas significa sumergirse en un mundo que puede ampliar enormemente nuestros horizontes: suites equipadas con todas las comodidades desde las que admirar una increíble vista a 360° de toda la ciudad, una espectacular terraza con piscina panorámica en la azotea (se trata del único hotel de la ciudad que dispone de una) y, sobre todo, el restaurante Morelli, hogar del ecléctico, caprichoso, extrovertido y galardonado chef Giancarlo Morelli, considerado actualmente uno de los mejores del mundo.

Cada una de sus creaciones parte de un riguroso respeto por la materia prima, una extracción pura del sabor capaz de crear sorprendentes equilibrios calibrados en torno a un concepto de cocina sana, buena y ética. Aquí los platos cuentan su historia, compuesta de tradición e innovación: «Mis creaciones reflejan mi infancia, reflejan a mi madre, el espíritu de los productos tal como son, las especias, la sencillez de los cereales, lo genuino de la naturaleza y su esencia», explica el chef. Observa, analiza, siente y evalúa cada ingrediente y cada combinación de forma casi obsesiva: «La materia prima y una excelente calidad son valores importantes, pero deben considerarse en relación con los demás y según su capacidad de suscitar emociones. Cada plato es un ente vivo y vital que se expande y se transforma del primer al último bocado, aún sin dejar de ser él mismo, como un reflejo del infinito».

Una cocina basada en unas reglas absolutas, una comida simple y sencilla, creada con no más de 4 o 5 ingredientes para conseguir un equilibrio ideal, sin ayuda de sal, utilizada solo para hacer ligeras correcciones, y hermosa a la vista... una especie de obra de arte para deleite de los ojos. El restaurante Morelli parte de una cocina concreta, con fundamento, traducida en una atmósfera que tiende a una acogida sincera, cálida y elegante, pero libre de las formalidades que nos distancian. El entorno, en total armonía y coherencia con la filosofía del chef, al que no le gusta utilizar muchos ingredientes, acoge a sus huéspedes en salas elegantemente decoradas hasta lograr un ambiente excepcionalmente tranquilo y apacible. Para llegar a la culminación de esta experiencia gourmet podemos imaginarnos comiendo entre fogones, donde cobra vida esta cocina de vanguardia, diseñada por el propio Giancarlo y estructurada como su menú: más allá de las modernísimas superficies donde los chefs preparan sus platos encontramos la «mesa del chef», una antigua mesa de madera rugosa que conserva el sabor y la calidez de las cocinas de antaño, cocinas que saben a artesanía y a mucho sacrificio. Aquí se puede disfrutar de una cena relajada mientras se observa el trabajo de los chefs, despojándonos de la rigidez y las formalidades, mientras nos deleitamos con nuestro vinilo favorito: un equilibrio perfecto entre sabor y convivencia.

Nacido en Bérgamo en 1959, Giancarlo Morelli se graduó en la escuela de hostelería de San Pellegrino Terme. A continuación, se embarcó en su aventura profesional, viajando primero a Estados Unidos y luego a Francia, adquiriendo cada vez más experiencia internacional, hasta el punto recorrer el Océano Pacífico como jefe de cocina del Pacific Princess, un crucero famoso en todo el mundo por haberse convertido en el plató principal de la serie de televisión Vacaciones en el mar. En poco tiempo, Giancarlo se convirtió en consultor de varias empresas de restauración italianas de todo el mundo y asumió la dirección de varios restaurantes hasta 1993, cuando abrió el Pomiroeu en Seregno, en la zona más amplia de Milán: el restaurante, situado en un antiguo patio, es un pequeño oasis de tranquilidad, un restaurante clásico y contemporáneo al mismo tiempo, con un ambiente elegante y acogedor. Su nombre se pronuncia «pomiró», deriva del dialecto local y significa «pomar». Antaño, de hecho, la zona de Seregno se llamaba así por sus numerosos cultivos de manzanas. La ubicación no fue elegida por casualidad: desde 1850, lo que ahora son las paredes del restaurante siempre han «respirado» comida y vino, permaneciendo a lo largo del tiempo como punto de referencia de una restauración tendente a valorizar los sabores tradicionales. Aquí Giancarlo se siente libre y consigue liberar toda su creatividad, desatando un potencial de máximo nivel.

A lo largo de los años fue creciendo exponencialmente en la técnica, en el conocimiento de las materias primas, en el dominio de los fundamentos de la cocina y en la investigación de la pureza de los productos. Los resultados no se hicieron esperar, y su trabajo fue reconocido y apreciado: en 2010 el Pomiroeu ganó el premio «Riso Gallo, Risotto dell’anno», organizado por la revista mensual Horeca Magazine y patrocinado por Riso Gallo, dedicado a los talentos emergentes de la restauración, que son juzgados por su creatividad en el arte del risotto, uno de los platos más nobles y populares de la alta cocina italiana. Ese mismo año ganó el «Sandwich Club Contest», un inusual concurso culinario organizado por el «Consorzio del Prosciutto di Parma» en el Cuatro Estaciones de Milán, con su excepcional sándwich «Inside-Out»: pan tostado alternado con mantequilla de Alpeggio y cebolla de Tropea agridulce, cogollos y tomate en rodajas, sin piel y salado, mousse de helado de parmesano, huevos de codorniz ligeramente cocidos y jamón de Parma, tanto curado durante 25 meses y cortado de forma no demasiado fina como curado durante 35 meses y sutilmente loncheado, acompañado de ventresca de atún en finas láminas, para degustar con una espuma de mayonesa, mostaza, atún y anchoa y con un fresco granizado de melón. También ese año fue el único representante italiano en el «Perú Mucho Gusto», un festival gastronómico y vinícola peruano, y participó en la «Chef’s Cup», una kermés de alta cocina, deporte y lifestyle que se ha convertido en un esperado evento de gran resonancia.

Creativo, apasionado, dotado de un paladar extremadamente refinado y de un gusto muy sofisticado, estamos hablando de un chef que no olvida su pasado y sus orígenes, un hombre puro y generoso que se mantiene fiel a su autenticidad. La suya es una cocina particularmente técnica, bien estudiada, que transmite el amor por los productos de calidad y respeta el paso de las estaciones, con total respeto por la madre naturaleza. Su variada oferta gastronómica se mantiene fiel a su inspiración: los ingredientes deben ser frescos, sencillos, espontáneos. Entre ellos, el arroz es el alimento preferido de Giancarlo: «Considero que el arroz, con su elegancia elemental, es una materia prima preciosa, algo así como una maravillosa piedra en bruto que, sabiamente trabajada, puede revelar todo su potencial y su valor».

Precisamente por su amor a este ingrediente, en 2011 participó en el «Túnel del arroz» de Alicante, un evento internacional dedicado al arroz. Ese mismo año abrió en el Pomiroeu el concept store «Pensieri di gusto», donde vende sus objetos más preciados, los ingredientes de sus recetas, flores, objetos de diseño vinculados a la cocina, así como una serie de productos de wellness en los que los ingredientes se enlazan con la comida. En este espacio Giancarlo transmite su pasión, pero también su «locura», como su amor por las gafas coloridas y de diseño: ¡tiene más de cien! Cada vez más famoso en el mundo de la alta cocina, con el tiempo lo han ido invitando a participar en grandes eventos internacionales como «Lo mejor de la gastronomía» en España y, junto con Massimo Bottura y Aurora Mazzuchelli, el «Mistura 2012» en Lima, el congreso culinario más importante de Sudamérica. Su fama, ya bien consolidada, le llevó a ser elegido por Bulgari y San Pellegrino para presentar la nueva etiqueta creada por la maison en el evento «Wine & Food Noble Night» de San Petersburgo. La mentalidad del chef se empezó a extender ampliamente: en 2012 se inauguró el Pomiroeu Marrakech en Marruecos, dentro del Delano, uno de los mejores hoteles del mundo ubicado en el corazón de la capital marroquí, y dos años más tarde, en verano de 2014, dio inicio a su experiencia estival en Cerdeña con la apertura del Phi Beach, un open air club en la carretera hacia Baja Sardinia: un sugerente lugar de rara belleza desde el que admirar la emoción de una de las más bellas puestas de sol del mundo y degustar unos platos elaborados con extraordinaria sencillez, en un espacio que ofrece una plena sensación de armonía con la naturaleza circundante. En 2016 abrió la Trattoria Trombetta en Milán, un local informal donde promueve su intensa visión gastronómica. También en 2016 colaboró con la embajada italiana en Tiflis (Georgia) durante la «Semana de la cocina italiana en el mundo», y desarrolló con Nobert Niederkofler y Paolo Ferretti «Care’s - The ethical Chef Days», un proyecto que reúne a chefs y personas de todo el mundo que comparten una visión en común: un enfoque nuevo, innovador, sostenible y ético de la alimentación.

La última creación de Giancarlo, el Bulk Mixology Food Bar (el lounge bar del hotel Viu), representa un espacio totalmente complementario al restaurante Morelli: un lugar para relajarse mientras se disfruta de la alta calidad de los aperitivos y se deja pasar el tiempo lentamente, para experimentar plenamente la extraordinaria visión del chef. Además de ser miembro de la Asociación Euro-Toques (Comunidad Europea de Cocineros), hoy en día Giancarlo cuenta con el prestigioso reconocimiento de una estrella Michelin, asignada en 2010 al restaurante Pomiroe, la inclusión del restaurante en el circuito de restauradores de la «Associazione Le Soste» y el papel de consejero en la «Associazione Ristoratori Golfisti». Energía disruptiva, brillante sensibilidad, concreción visionaria, autenticidad realista: una firma ecléctica e inconfundible en el mundo de la alta cocina.